Un
equipo formado por Guiller, Yile, Urumanta, Martín Pescador y ArielCapu,
rumbo a la primera salida al famoso "peje" de Berisso.
El domingo 11/06 nos encontramos, a la hora señalada, con el guía Héctor
Hall en la Marina del Sur y cuando llegó el turno de bajar a la Gianella III
al agua, abordamos y salimos rumbo a la zona de la boya de barco hundido
Hillstone, junto con otras dos embarcaciones amigas.
En puerto el viento era calmo y el río estaba planchado, pero al salir del
canal de acceso nos encontramos con un importante viento Norte que formaba
olas y que dificultó mucho la navegación. Con marcha lenta y segura, pero
mojándonos bastantee llegamos a la zona de pesca, tras una hora de marcha.
Al agua fueron las 2 anclas de capa y la ceba, luego nuestros aparejos con
boyas grandes de colores verde-limón, negras, blancas y rojas con quilla
blanca, con brazoladas desde los 5 cm a los 20 cm. El oleaje era bastante
fuerte y costaba mantenerse de pie y seguir las boyas.
Los piques se fueron dando en forma muy espaciada, tomaban bien la carnada,
las corridas eran francas y los pejes eran todos de entre 35 y 40 cm, no muy
gordos pero muy combativos y fuertes.
Luego del mediodía, nos movimos unos tres mil metros más hacia afuera para
comenzar otro largo garete y poder pescar un poco mejor que la mañana, con
pejes dentro de la medida anterior, salvo 2 lindos monstruitos clavados por
Martín en los minutos finales. La cosecha final nos dio una veintena de
pejes de buen tamaño en promedio.
La nota de color la dio una gaviota que se tentó con una mojarra de la línea
de Yile que navegaba a unos 40 metros del trucker.
Tomóla mojarra y levantó vuelo, cuando sintió la fuerza de la caña, se vino
volando para el lado del truker. Y allí comenzó la lucha de la gaviota por
llevarse su bocado, contra el negro Hall por salvar la línea y la gaviota,
que parecía que estaba remontando un barrilete con boyas.
Muy gracioso hasta que lograron acercar al ave y subirla abordo, pero
faltaba desengancharla de línea que se había enredado en el ala y la pata,
operación bástate jodida porque la bicha gritaba y tiraba picotazos para
todos lados, Finalmente fue liberada y regresó "rengueando" un poco al mar.
Esa no come más mojarritas en su vida...
Prudentemente regresamos temprano a puerto, ya que el viento no aflojaba y
nos esperaban varios kilómetros de río por delante.
Como comentario final debo decir que la pesca estuvo bastante difícil por
las condiciones climáticas, pero a lo largo del día siempre se mantuvo la
expectativa de poder clavar ese "gran Berisso" por el cual fuimos, y por el
cual volveremos.
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