11 de Junio del 2006
Que pique de gaviota.
Por: Ariel "Capu" Araya.


Un equipo formado por Guiller, Yile, Urumanta, Martín Pescador y ArielCapu, rumbo a la primera salida al famoso "peje" de Berisso.

El domingo 11/06 nos encontramos, a la hora señalada, con el guía Héctor Hall en la Marina del Sur y cuando llegó el turno de bajar a la Gianella III al agua, abordamos y salimos rumbo a la zona de la boya de barco hundido Hillstone, junto con otras dos embarcaciones amigas.

En puerto el viento era calmo y el río estaba planchado, pero al salir del canal de acceso nos encontramos con un importante viento Norte que formaba olas y que dificultó mucho la navegación. Con marcha lenta y segura, pero mojándonos bastantee llegamos a la zona de pesca, tras una hora de marcha.

Al agua fueron las 2 anclas de capa y la ceba, luego nuestros aparejos con boyas grandes de colores verde-limón, negras, blancas y rojas con quilla blanca, con brazoladas desde los 5 cm a los 20 cm. El oleaje era bastante fuerte y costaba mantenerse de pie y seguir las boyas.
Los piques se fueron dando en forma muy espaciada, tomaban bien la carnada, las corridas eran francas y los pejes eran todos de entre 35 y 40 cm, no muy gordos pero muy combativos y fuertes.
Luego del mediodía, nos movimos unos tres mil metros más hacia afuera para comenzar otro largo garete y poder pescar un poco mejor que la mañana, con pejes dentro de la medida anterior, salvo 2 lindos monstruitos clavados por Martín en los minutos finales. La cosecha final nos dio una veintena de pejes de buen tamaño en promedio.

La nota de color la dio una gaviota que se tentó con una mojarra de la línea de Yile que navegaba a unos 40 metros del trucker.
Tomóla mojarra y levantó vuelo, cuando sintió la fuerza de la caña, se vino volando para el lado del truker. Y allí comenzó la lucha de la gaviota por llevarse su bocado, contra el negro Hall por salvar la línea y la gaviota, que parecía que estaba remontando un barrilete con boyas.
Muy gracioso hasta que lograron acercar al ave y subirla abordo, pero faltaba desengancharla de línea que se había enredado en el ala  y la pata, operación bástate jodida porque la bicha gritaba y tiraba picotazos para todos lados, Finalmente fue liberada y regresó "rengueando" un poco al mar. Esa no come más mojarritas en su vida...

Prudentemente regresamos temprano a puerto, ya que el viento no aflojaba y nos esperaban varios kilómetros de río por delante.

Como comentario final debo decir que la pesca estuvo bastante difícil por las condiciones climáticas, pero a lo largo del día siempre se mantuvo la expectativa de poder clavar ese "gran Berisso" por el cual fuimos, y por el cual volveremos.

 

 
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