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01
de Junio del
2006 Un infierno. Por: Héctor Hall |
La mañana del jueves, arranco buena, con poco viento y del cuadrante que más me gusta a mí, del ESTE. La navegación hasta el Hilstóne fue lenta, el río estaba un poquito mas movido de lo que parecía en tierra, pero después de algo mas de una hora estábamos en el lugar de pesca. Copos al agua, ceba abierta para armar la cancha y los aparejos de tres boyas con anzuelos del 1/0 al agua, con buenas mojarras medianas adquiridas en lo de Luisito, en la casa de pesca la mar. Enseguida Sergio clavo el primer matungo, y así se fueron sucediendo las capturas de pejerreyes que superaban ampliamente el medio kilo de peso, que pescados por Dios !, si siempre las jornadas fuesen así. Pasada una hora del cambio de marea, los piques continuaban, pero el río comenzó a experimentar algo mas de oleaje, y a la una y treinta, Jorge con buen criterio me dijo, Héctor estoy mas que satisfecho con la pesca realizada, cuando quieras podemos pegar la vuelta a la guardería. Así fue que emprendimos el regreso con la satisfacción de haber realizado la jornada de pesca soñada.
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