01 de Junio del 2006
Un infierno.
Por: Héctor Hall


El Miércoles 31 la pesca estaba re buena, y los pescados eran de un tamaño excelente, de repente: ¡ rompió el silencio la pegadiza canción de mi celu !, “somos los piratas”, raro que en el Hilstóne entre una llamada, pero la suerte quiso que Sergio pudiera comunicarse, y preguntarme como estaba el pique y si tenia la lancha libre para mañana. Mi respuesta fue positiva en todo sentido. Por un lado te puedo decir que están saliendo pejes de buen tamaño y por otro tengo la lancha libre, pero para hacer la salida, al menos debes conseguir dos pescadores más, salvo que la quieras para vos solo, opción que escogió Sergio Monjo.

La mañana del jueves,  arranco buena, con poco viento y del cuadrante que más me gusta a mí, del ESTE. La navegación hasta el Hilstóne fue lenta, el río estaba un poquito mas movido de lo que parecía en tierra, pero después de algo mas de una hora estábamos en el lugar de pesca.

 Copos al agua, ceba abierta para armar la cancha y los aparejos de tres boyas con anzuelos del 1/0 al agua, con buenas mojarras medianas adquiridas en lo de Luisito, en la casa de pesca la mar.

Enseguida Sergio clavo el primer matungo, y así se fueron sucediendo las capturas de pejerreyes que superaban ampliamente el medio kilo de peso, que pescados por Dios !, si siempre las jornadas fuesen así.

Pasada una hora del cambio de marea, los piques continuaban, pero el río comenzó a experimentar algo mas de oleaje, y a la una y treinta, Jorge con buen criterio me dijo, Héctor estoy mas que satisfecho con la pesca realizada, cuando quieras podemos pegar la vuelta a la guardería. Así fue que emprendimos el regreso con la satisfacción de haber realizado la jornada de pesca soñada.

 

 
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